La música es la expresión que siempre acompaña al ser humano, Igor Stravinsky mencionó que si el humano pudiera escuchar todos los sonidos de la naturaleza al mismo tiempo nos volveríamos locos, por lo cual recordar momentos con mis familiares y amigos, donde una guitarra hacía presencia con su do, re, mi, fa y SOL, desde canciones de José Alfredo Jimenez, Vicente Fernández, Agustín Lara y Antonio Aguilar. Eso sí las que eran de LEY que se cantarán " mi gusto es, ni quien me lo quitara" y "se que bebo, se que fumo" de Nicola di Bari. Los sonidos de la naturaleza tanto como los de instrumentos, me atraparon desde niño.
La convivencia es reconfortante y siempre en cada casa donde nos reuníamos, la guitarra esperaba colgada en la pared o recostada sobre algún mueble de antaño.
Sobre la música Oliver Stone comenta que se "se encarga de coser los hilos nerviosos del ser humano, funciona para humanizar en una experiencia DESHUMANIZADORA" y es un gran artículo de SUPERVIVENCIA. Hoy en día son muy pocos cantantes y músicos que respetan la gran maravilla de esta musa. Ahora es el juego es entre menos tiempo vender más discos o ser redituable para la empresa, y con apoyo al aspecto físico.
Ante esto Carlos Mosiváis "¡Que espanto!¡Aúlla pero sin armonía!, ¡Es un ultraje envuelto en tecnología"¿Pero quién fue el canalla que le aseguró que podía dejarse oír? A lo mejor canta pero es lo que se usa" y a pesar la mayoría de los jóvenes se reúnen para compartir sus gustos o mover el costal de esqueletos en cajas oscuras con estruendos de decibeles. Muy pocos recuerdan noches alrededor de una fogata, bajo la luna llena, entre las risas, conversaciones de todo tipo, historias, anécdotas, etc... en las ciudades se transformaron en señas, gritos, empujones y golpes.
