Murakami reflexiona en este libro sobre la influencia que
correr ha ejercido en su vida y en su obra, comparando por momentos el correr
con el escribir, ya que esta última también resulta para él una actividad
física y agotadora. En 1982, tras dejar el local de jazz que regentaba y
decidir que, en adelante, se dedicaría exclusivamente a escribir, Haruki
Murakami comenzó también a correr.
La verdad se trata de uno de esos libros que recomendarías a todo el mundo, prefiero ser
prudente porque no sé si le gustaría igual a alguien que no tenga correr entre
sus prioridades. Ahora bien, si te gusta correr o te gusta escribir, creo que
este libro te encontrará en el momento adecuado.
“Es muchísimo mejor vivir diez años de vida con intensidad y
perseverando en un firme objetivo, que vivir esos diez años de un modo vacuo y
disperso. Y yo pienso que correr me ayuda a conseguirlo. Ir consumiéndose a uno
mismo, con cierta eficiencia y dentro de las limitaciones que nos han sido
impuestas a cada uno, es la esencia del correr"
“Así es la escuela. Lo más importante que aprendemos en ella
es que las cosas más importantes no se pueden aprender allí"
"La mayoría de los corredores están motivados por un
objetivo individual, un tiempo al que batir. Si puede batirlo, un corredor
sentirá que ha cumplido su objetivo... incluso si no lo consigue, mientras
tenga la satisfacción de haberlo hecho lo mejor posible, y posiblemente, de
haber descubierto algo nuevo de si mismo en el proceso, eso en si mismo ya es
un premio"
"Mi tiempo, mi puesto, todo eso es secundario. Para un
corredor como yo, lo realmente importante es alcanzar el objetivo que me marqué
a mí mismo, bajo mi propia voluntad. Doy todo lo que tengo, aguanto todo lo que
puedo aguantar, y soy capaz, a mi propia manera, de acabar satisfecho. De los
fracasos y las alegrías soy capaz de obtener una lección concreta"