martes, 19 de junio de 2012

Estoy en espera de la luna y las estrellas
ondas sonoras me envuelven poco a poco
a mì alrededor la brisa se supende como gas lacrimògeno
sobre el escritorio hay una hoja tamaño carta tan desafiante como la muerte
los libros me observan con sus tìtulos desde los màs sùtiles hasta los màs rimbonbantes, entre ellos, màrtires, guerreros, poet@s, bohemios, maquiavèlicos, suicidas, detectives y hasta còmicos.

Necesito aventarme desde la cùspide
para detener el viento a cada instante
donde quiebre los segundos con cada aleteo
derrumbarme al ritmo de sìstole y dìastole
hasta lograr el vacìo pleno

El galope rojo desmorona cada ladrillo de mi ser
los barcos se estrellan con la tormenta que es inevitable controlar
los àrboles blancos crujen con cada golpe del viento

La arena se esfuma por la llamas de occidente
las fibras del alma pierden su mùsica, una por una
donde el silencio resuena y carcome la vida
ese grito busca un eco en el horizonte

He perdido en el campo de las promesas y juramentos
la espada està dispuesta en cercenar al vuelo del supersònico
cada lìnea del destino

Sueño una despedida en milèsimas de segundos
parece que el vidrio de una copa ha replicado el big bang
cada explosiòn diminuta duele màs,
esas preguntas estallan sin consideraciòn
la gravedad es màs intensa

Altazor dime ¿còmo lograste tantos vuelos?
mi sombra desde lo alto vigila
la planicie que me envolverà.

Alonso Vargas

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