La situación es abrumadora, se comienza en silencio
la identidad de cada uno de ellos fue adheriéndose
en el pavimento hasta convertirse en seres fantasmales.
Los sentidos se trastocan conforme al paso de los cuadros
el primero en agredirse o sentir las flechas de dolor es la vista
los colores en los diferentes tipos intermitentes crean una furia agresiva
del otro lado retumban los tímpanos con música clásica
es una fiesta volcánica en que los cuerpos se vuelven material
rojo brillante y se funde en la noche.
Alonso Vargas
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