por Lennin D Zunún https://www.facebook.com/vamonos.teatreando?fref=ts
Jean Baptiste Poquelin, conocido como Molière (1622-1673),
dramaturgo francés que ha sido considerado el "jefe" de la Comedia
Francesa. Despiadado con la pedantería de los falsos sabios, la mentira de los
médicos ignorantes, la pretenciosidad de los burgueses enriquecidos, Molière
exalta la juventud, a la que quiere liberar de las restricciones absurdas. Muy
alejado de la devoción o del ascetismo, su papel de moralista termina en el
mismo lugar en el que él lo definió: "No sé si no es mejor trabajar en
rectificar y suavizar las pasiones humanas que pretender eliminarlas por
completo", y su principal objetivo fue el de "hacer reír a la gente
honrada". También fue un gran defensor de los valores humanos.
En la obra que traemos a este rincón esta semana, El Enfermo
Imaginario, Molière tomó de blanco de su sátira a los médicos de la época, a
través de la figura de un prensivo hipocondríaco: Argan, hombre ya maduro, pero
sano como un roble, está obsesionado con la idea de que está enfermo y pasa la
vida consultando a médicos e ingiriendo medicinas. Su manía llega hasta el
extremo de querer casar a su hija con un médico, sea como sea, con la intención
de tener a mano “la fuente de los
remedios necesarios”, sin necesidad de gastar dineros en consultas ni en
medicamentos.
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